Esta novela es una sátira que puede tener dos lecturas: ironiza sobre las teorías de conspiración, pero también sobre la visión “oficial” ingenua, quedando la decisión a criterio del lector. “El testamento del Ché” cuenta la historia de Jason, un pastor de una secta cristiana de origen estadounidense, quien solicita ser incorporado como agente de la C.I.A. Su auténtica motivación no es el patriotismo, sino tener la excusa para poder espiar a su esposa. Su primer misión consiste en asistir a un congreso de sectas fundamentalistas y extravagantes y debe determinar si pueden promover acciones terroristas. En el hotel donde se realiza el congreso son asesinados dos ex presidentes latinoamericanos y el pastor se ve involucrado involuntariamente. Relacionados a estos asesinatos ocurren otros: todos son colaboradores de la Agencia. El pastor, aunque no ha olvidado a su esposa, descubre que todos quieren unos documentos cuya desaparición puede ser el motivo de aquella matanza. Estos documentos, un supuesto testamento del Che, revelarían que la revolución cubana fue una conspiración de algunos servicios de inteligencia occidentales ultra secretos, cuya acción no era desconocida por la Casa Blanca y que actuaron con la complacencia del gobierno soviético. Sin embargo, todo puede ser una fábula producto de la enfermiza obsesión del pastor, quien cree ver conspiraciones por doquier. Tal vez lo que se relata sólo ocurre en la mente del personaje, como en el Quijote o es una historia como quería Borges, donde el narrador miente pero deja pistas para que sólo algunos lectores puedan descubrir la verdad.