Scott se echó hacia atrás, viendo como el cuerpo se levantaba, como un resorte, pero a una velocidad hipertensa, su piel se caía, junto al líquido intravenoso que acababa de introducir en sus venas, sus músculos, piel y tendones se quedaron en la mesa fría, dejando solo huesos resplandecientes. Scott se quedó quieto en un rincón de la habitación, viendo una escena que nunca olvidaría. El cuerpo se levantó del todo de la mesa y salió corriendo rompiendo todo por su paso, mesas, ordenador y al final una ventana que daba al jardín trasero.