Homer Aubrey Tomlinson nació en Arcadia, una aldea perdida de Indiana, en 1892. Sustentaba una gran nariz y una única obsesión: ser reconocido por toda la humanidad como Rey del Mundo. La disparatada infancia de Homer estuvo marcada por la sombra de su estrafalario padre, Ambrose, vendedor de biblias, propagandista errante y fundador de una congregación evangélica, “La Iglesia de Dios”. Ambrose tuvo una visión en la cima de un monte pelado. Un ángel rosa le exhortó, desde un aeroplano, a fundar la iglesia verdadera, que sería teocrática y universal.Una saga delirante por la que desfilan el cetro de Pipino el Breve, visionarios de la Tierra plana y de la Tierra hueca, el Ku-Klux-Klan, un indio inmortal, un elixir rosa que provoca alucinaciones, un ojo de cristal, exaltados protonazis, millones de moscas, un burro cantante, predicadores chiflados, espías, conspiradores, alquimistas, el Papa de Roma, un obispo inglés heroinómano, un guardia suizo transformado en estatua de sal, H. P. Lovecraft, un laboratorio suizo de LSD, los pioneros del Jazz y del Rock & Roll, una colonia de mutantes subterráneos, una gigantesca sepia voladora, un comando de terroristas cubanos y el líder soviético Nikita Jrushchov. Además, y como trasfondo de todo ello, la procelosa guerra abierta entre Homer y su hermano Milton por el control de la iglesia paterna y los desesperados intentos del protagonista por ser elegido presidente de los Estados Unidos como candidato del Partido Teocrático.