Diego Leyra, profesor universitario de historia, regresa a Galicia tras una crisis personal. Allí se encuentra con el pasado, donde se cruzará con su propio árbol genealógico y un territorio mítico de su infancia, el pueblo de Castroverde, del que afirmará: “Puede que sea absurdo, pero quiero pensar que un lugar en el que he derrochado tanta energía física y emocional, debe conservar aún, tantos años después, parte de ese calor para devolvérmelo. Es como si me lo debiera. Porque yo, entonces, le di mi energía gratis y a manos llenas, sin esperar nada a cambio…”. Carlos Asorey compone un fresco de época, a través de varias generaciones de los Leyra, una saga familiar cuya historia crece a la sombra de la Historia, entre vicisitudes, hallazgos y esperanzas, y que el autor recrea en profundidad y desde distintas perspectivas. Una novela escrita con un estilo poético y apasionado, que con sabia mano introduce al lector en los entresijos de la narración, que la hace suya, porque, al fin y al cabo, se cuenta la historia familiar que todos tenemos dentro, en nuestra patria pequeña y privada.