El Mesías de la Nada
- Autor: Pablo J. Gullo
- Género: Literatura y Novela
- ISBN: 978-987-33-0858-1
- Nº Páginas: 441
- Formato eBook: PDF
- Año: 2011
Uno y varios narradores inciertos (la novela huye de la hegemonía de una sola voz) van construyendo la historia de Diego Mendía, un Mesías cuyo territorio y dominio, como anticipa el título, es la Nada. Y es que “hay aspectos del mundo que no necesitan de hechos magníficos, ni de grandes elucubraciones, ni de mártires históricos para latir en su modesta y subversiva ventura.” En efecto, los protagonistas no son héroes: Diego y Jazmín son seres comunes, los sucesos de sus vidas son historias pequeñas que, contrariamente al Mesías histórico, no redimen a nadie, ni siquiera los salva a ellos mismos. Sin embargo, la novela es subversiva: tanto por su estructura (que, al modo cortazariano, se mira a sí misma y ejerce su “contraoficio”: es la historia, su negación y su contranovela) como la excusa para llevarla a cabo. El “prodigio” -que como lectores esperamos de semejante título-, es, precisamente, el trabajo de escritura, escritura que va de lo lírico hasta lo herético, que explora diversos géneros y subgéneros de la Escritura. ¿Cómo contar la historia de este Mesías pequeño, sin milagros? La prosa, entonces, recurre a la belleza que traspasa, que duele: a la historia contada sin grandilocuencias, a los aforismos, a las dudas de todo ser humano en una vida que, con absoluta lucidez, se presume absurda y caótica. No podemos, como lectores, esperar la Revelación, en mayúsculas. Ni siquiera se nos otorga la tranquilizante certeza de que hay un sentido: los sentidos, los infinitos sentidos, se nos escapan en los pliegues de lo cotidiano o en la reflexión más incisiva. Uno de sus momentos de mayor impacto lo constituye “El Diario de duelo” (Paréntesis real, Elegías) de Diego, que se construye como una lacerante herida que no cierra, un grito ante un dios esquivo y ausente que ningún mensajero, ningún uncido puede oír. Despojado de toda investidura divina, este Mesías ha perdido la voz de su dios y sabe que no hay respuesta a la pregunta de por qué Él nos ha abandonado. Laura Raso* *Profesora y Licenciada en Letras.