El laberinto de los goliardos
- Autor: Ricardo Serna
- Género: Literatura y Novela
- ISBN: 84-609-7966-0
- Nº Páginas: 229
- Encuadernación: Tapa blanda
- Año: 2005
Esta obra es, ante todo, una inquietante y deleitosa novela en la que Ricardo Serna nos presenta un personaje narrador, Jaime Iturbe, que se dibuja enseguida en la mente de los lectores como el factótum esencial del relato. De su mano entraremos con orden en el planteamiento del asunto. Iturbe, profesor de enseñanza secundaria y escritor aficionado al jazz, nos cuenta en primera persona, a la vez con llaneza y auténtica pasión de aventurero, una impagable vivencia que ha cambiado su manera de contemplar la vida y la forma de ver su propia realidad como ser ubicado en el tiempo. Un buen día, cansado de la rutina urbana, Jaime Iturbe decide comprarse una vieja casona de piedra en Sopeira, singular población pirenaica en cuyas proximidades se halla el célebre monasterio románico de Alaón con sus turbadores misterios. Los conceptos de tiempo y espacio van a ser los goznes sobre los que gire la tesis de la novela. El tiempo como irrealidad, la sucesión de los siglos como simple artificio de la inteligencia. En un inextricable laberinto de subterráneos y enigmáticos pasadizos secretos, Jaime descubrirá con asombro que los conceptos que utilizamos para definir y ordenar el tiempo material –pasado, presente y futuro- no son en verdad sino meras ilusiones de la razón práctica. Al misterio de los argumentos vertebrales hay que unir el interés de las varias historias paralelas que se suceden y entrelazan, como por ejemplo el erotismo que irradia un lance amoroso entre Iturbe y Susana Alconchel, la joven maestra del pueblo, así como la belleza formal de las descripciones que pueblan la novela y la naturalidad de los diálogos, que se cuelgan con ligereza, elegancia y oportunidad de los diferentes capítulos. En definitiva, “El laberinto de los goliardos” es una sugestiva narración que nos inundará los ojos y el cerebro de la magia inherente a la pluma del autor. Hallaremos la gratificación en el argumento, en la historia, pero también -y desde la primera línea- en la misma lectura de los textos.