Un asesino en serie es también asesino a sueldo. Pero a pesar de lo malo que suena, se convierte en antihéroe por motivos que no controla y poco tienen que ver con la moral. Loas acontecimientos suceden en cualquier ciudad moderna, o postmoderna, llana de trampas de la percepción, como la hipnosis colectiva del mundo consumista y el poder de seducción de mayores haciendo estupro a jóvenes indefensas. Aunque la ciudad de inscribe en una parroquia específica de Caracas, Venezuela, llamada el Paraiso, por las facilidades que ofrece para la vida del consumo, en realidad puede ser cualquier ciudad. Las complejidades políticas y psicológicas de una dirigencia perversa solo ofrecen una plataforma mas evidente de crisis que sirve a las condiciones del personaje recurrente en esta serie de novelas. La trama como tal es la de unos jóvenes amantes acosados por distintos peligros. Ella demasiado bella para controlar lo que puede atraer, él demasiado dedicado al arte como respuesta a una degradación de la música actual, en todos los sentidos. En esa complejidad el mal no es más que la perversión del poder en sí mismo, del que huye la gente que desea su felicidad. Representados en una cadena de poderes ocultos, a los cuales aspiran sus gendarmes secretamente. El fantasma de una cantante complementa la historia del asesino, como una suerte de amor simbólico de efecto psicológico trascendental. En resumen, luego de un proceso lleno de acontecimientos, en la medida que descubren su contexto, los personajes se van transformando, hasta que los jóvenes descubren la complejidad del amor y el asesino descubre el placer de la compasión.