EL CORAZÓN DE MARÍA. HISTORIA DE LA FAMILIA DE JESÚS
- Autor: Cristo Raúl de Yavé SIón
- Género: Historia
- ISBN: G20LCM2
- Año: 2016
Esta historia comienza durante el reinado de Aristóbulo I (104-103 a.C.), y desplegó su trama durante el largo reinado de su sucesor Alejandro Janneo (103-76 a.C.). Con la coronación de Alejandro Janneo por razón de la transgresión del Mandato Divino sobre la Herencia de David, cuyo trono sólo podía ser ocupado por sus hijos a perpetuidad, la teocracia judía se encaminó hacia una guerra civil abierta; que se hizo tras la muerte de su sucesora y viuda la reina madre Salomé Alejandra (76-67 a.C.) entre sus hijos Hircano II y Aristóbulo II. En el seno de aquella lucha fratricida entre saduceos y fariseos, anterior a la guerra fratricida entre Hircano y II y Aristóbulo II, vino a luz una cuestión fundamental, a saber: ¿Dónde se encontraba el legítimo heredero de la corona de Salomón? Dos hombres tomaron como propia esta búsqueda. De un lado el sacerdote Abdías; y por el otro Simeón el Babilonio. Aquellos largos años de búsqueda, causa a la que se uniera Hircano II, concluyeron en nada. La guerra civil se hizo. Aristóbulo II apartó a su hermano Hircano II del poder; y ya estaba para ceñirse la corona cuando Pompeyo abolió el reino de Jerusalén. Pero si Abdías y Simeón el Babilonio fracasaron en su búsqueda, ésta fue recogida por sus hijos, Zacarías y Simeón el Joven. Grandes acontecimientos tuvieron lugar en aquellos años. La muerte de Pompeyo en Egipto y la Liberación de Julio César por Antípater, sitiado por las fuerzas del hermano de Cleopatra en Alejandría, le abrieron las puertas a la corona de Jerusalén a su hijo Herodes, bajo cuyo reinado Zacarías y Simeón el Joven recogieron la búsqueda que sus padres no pudieron concluir, y contra cuya paranoia homicida antidavídica ambos Precursores tuvieron que moverse sin llamar la atención del tirano sobre el espíritu que les animaba a mediar entre la casa de Herodes y el pueblo de Israel. Tras años de escrutinio los dos hombres, Zacarías y Simeón el Joven, acudieron a Hircano II, por entonces desterrado en Seleucia del Tigris. Hircano II descubrió en los Archivos de la Gran Sinagoga de Oriente el rollo genealógico de Zorobabel, en el que se descubría la existencia de los dos hijos, Abiud y Resa, que le acompañaron a la tierra de sus padres tras el decreto de libertad de Ciro el Grande. Pero en cuanto en dónde se instalaron estos hijos de Zorobabel, ninguna información había podido hallarse. Con las genealogías de ambos hijos de Zorobabel en sus manos, Simeón el Joven, por azar, descubrió el paradero de la Casa de Resa. El heredero legítimo de Resa, era Helí, hijo de Matat, el jefe del clan de los carpinteros de Belén de Judá. Al poco nacería José. Inspirados por el Espíritu Santo, en cuya Providencia habían visto la venida a luz de este brazo de la Omega, Zacarías instó a Hircano II a remover en profundidad los archivos de la Gran Sinagoga de Oriente en busca de alguna noticia sobre el paradero de Abiud, hijo de Zorobabel, hijo de Salomón. Respondiendo a esta cuestión Hircano II escribió el nombre de un pueblo: NAZARET. El brazo salomónico de la Omega estaba a punto de salir a luz. Y así fue. El hombre sobre quien recaía la herencia de Salomón se llamaba Matán, jefe del clan de los hijos de David de Nazaret. Matán era el padre de Jacob. Este Jacob se casó con Ana, la hermana pequeña de Isabel, la de Zacarías; de cuyo matrimonio vino al mundo la hija de Salomón, MARÍA de Nazaret Zacarías y Simeón consagraron a José y María, con la bendición de Jacob y Helí, sus padres, a unirse en matrimonio cuando el tiempo llegase para ello. Ese tiempo tan esperado, el Nacimiento del hijo del Hombre, fruto de la unión de los dos hijos que el Señor le diera a David; ése día estaba a las puertas cuando la repentina muerte de Jacob de Nazaret vino a poner en jaque mate la boda entre la joven María de Nazaret y José de Belén…