Trátase de un ser de sexo masculino, Balerio, quien no pudiendo encontrar la mujer que pretendía su sensual imaginación, se dispuso a crearla a partir de su cerebro prescindiendo de lo real, para engendrarla a partir de lo virtual. Ya concebida su tierna creación, le va transmitiendo sus pareceres, no sólo de las pasiones del mundo con que se encontró, sino también de las propias esencias de quienes lo habitan. Ya sean sensuales, pasionales o racionales; muchas veces encubiertas con falsas moralinas. Es un intento de no renegar de la propia esencia que, por otra parte y con matices, nos es común a todos. “Y al aparecerte y verte, supe que vos representabas la más tierna evidencia de que el amor no es ciencia…, y que tampoco procede de la más límpida conciencia, sino que emerge tamizando las impurezas del fondo de nuestra innegable esencia.” ”Te quise beata, a partir de mis sentidos que marcaron la heredada pertenencia… Pero te deseé pecadora, solo porque a partir de esa premisa me darías el ansiado goce que pregonaba tempestuoso mi sensual interior irreflexivo. Y en lo partido de qué era tuyo y qué era mío, me remití a lo más primitivo, aceptando que siempre serás mía… aun habiéndote ofrecido”.