En este libro, el miedo no es solo una emoción, sino un paisaje literario. El protagonista —cuyas voces oscilan entre el soldado, el amante y el fantasma— deambula por escenas oníricas: dialoga con Deméter en el inframundo, revive amores perdidos, observa constelaciones que son metáforas de su psique, y se enfrenta a su propia muerte en versos que recuerdan a los sonetos del Siglo de Oro, pero con un giro contemporáneo. La estructura, fragmentada y no lineal, refleja la naturaleza caótica del miedo, mientras intertextos con Borges, Nietzsche y la tragedia griega añaden capas de significado. ¿Es posible escapar del miedo cuando este es el tejido mismo de la realidad?