esta es una historia contada a versos y silencios, desde ese día en que un desconocido parado a mi izquierda, formalmente preguntó «¿quién es ángela suazo?» inocente, sin saberme a los pies del Monte Parnaso cuando él sonrió, de rodillas ante la horca, «soy yo», respondí. le siguieron mil conversaciones que se entretejieron con los hilos de otras rimas. una invitación, un café que se convirtió en vino, y se nos hizo el milagro de muchas madrugadas escritas para siempre en mi lienzo y en mi corazón. una fábula contada y cantada por un coro de voces que susurraban palabras que elegí creer eran de amor.