Días de Ángela es una novela dialogada que relata el encuentro de un viejo profesor con su ángel femenino, una niña de quince años. La niña le pregunta con inocente ignorancia sobre cuestiones elementales; el profesor le responde desde su aparente sabiduría como le es posible. Hay un suave sentido del humor en toda la obra, a través de los breves capítulos donde se narran escenas de la vida cotidiana: en el trabajo, en las aulas, en la casa, en las calles, entre amigos… Y en la montaña que es el desierto donde el diálogo entre el ser humano y su conciencia resulta inevitable. El viejo profesor acaba por desenredar sus manos y sus ojos ante los iris glaucos de su mensajera, “la que siempre me desnuda”. En Días de Ángela es evidente el encuentro de la razón y del cansancio con el espíritu y la alegría. El simbolismo y las alegorías están siempre presentes: el espejo, la desnudez, el mar, la lluvia, la noche en la montaña… La quietud en torno a una taza de té. La novela está jalonada de citas de los místicos sufíes (Rabia al-Adawiyya, Rumí, Kabir…) y de los místicos cristianos (Maestro Eckhart, Anónimo Inglés, Lanspergio…). Por último, la novela ha sido ilustrada con magníficos cuadros por el pintor Goyo Domínguez, capaz de reflejar con sus colores la belleza, la bondad y la sabiduría de la mujer. Casi nunca las palabras son suficientes.