En esta oportunidad el “Poeta Favorito” trae para todos sus lectores una forma distinta de contar las historias. En relatos cortos, deja ver su agudeza crítica sobre las condiciones diarias de escenas detalladas, quizás para muchos lectores descabelladas, pero firmemente unidas, consiguiendo espectadores identificados en cada escena como propia. Diarios en la selva de cemento, es de esos libros que no puedes parar de leer, porque siempre que creemos haberlo leído todo, aparece el autor sorprendiéndonos con toda su capacidad narrativa sin que se pierda jamás el hilo de la historia. Inmerso en reflexiones acerca de la sociedad, abordando situaciones que ocurren en el día a día y que pocas veces revisamos. Una parada de auto bus, un taxi, transeúntes contando historias por cada esquina de la ciudad. La enseñanza acerca de lo que estamos haciendo por el prójimo y una marcada nostalgia de años pasados. Infancia, juego y tecnología. Incluso hasta una sorpresiva predicción del futuro. Panoramas fantasiosos, manicomios, hospitales, un loco suelto en la ciudad escribiéndole a todo lo que le rodea, con la maravillosa virtud de la poesía y la rudeza de la creación literaria precisa y directa. Definitivamente de principio a fin uno de los mejores libros.