Daniel Berrio Nieto (nombre completo: Daniel Estefan Berrío Nieto) nació el 28 de abril de 1991, en Aguachica, Cesar, Colombia. Su padre, Hernán Berrio, trabajaba en fincas ganaderas desempeñándose como administrador y inseminador; su madre, Martha Nieto, era confeccionista. Daniel Berrío se crío y vivió en diferentes pueblos y municipios ubicados en los departamentos de Atlántico, Bolívar y Magdalena; algunos de ellos fueron: Calamar, Caracolí, El Copey, Puerto Giraldo, y un pueblo llamado Guachaca; asentamiento ubicado en el kilómetro 43 vía Santa Marta a Riohacha, a las orillas del Mar Caribe y de la Sierra Nevada de Santa Marta. Fue allí donde terminaron las andanzas de sitio en sitio, y donde al fin se radicó la familia Berrio. En dicho lugar, vivió un sinfín de experiencias tanto buenas como malas. Algunas más recordadas fueron las varias ocasiones en que el Río Guachaca se desbordó y les anegó el rancho dónde vivían a la orilla cauce; o cuando fueron víctimas del conflicto armado en el 2002; o los años en que vivieron en un cerro de dónde bajaban día a día para buscar agua para el consumo, o para lavar la ropa en él río o buscar leña. Aunque de niño no mostró interés por ser escritor, Daniel Berrio siempre se sintió atraído por la literatura y de vez en cuando escribía cuentos y pequeñas novelas que también ilustraba. Cursó sus estudios y se graduó en el año 2009 en la Institución Educativa Distrital Técnica de Guachaca. En el 2011 se unió a las filas del ejército para pagar el servició militar obligatorio; aventura que lo llevó a patrullar los departamentos del cesar y la guajira, y de la que se llevó muy buenos recuerdos y experiencias, y dónde escribió algunos cuentos que más tarde se publicarían. En el 2013 terminó su servicio militar. Ese mismo año emprendió sus estudios en el SENA Acuícola y Agroindustrial de Gaira, como tecnólogo en control ambiental. A principios del 2016 terminó su semestre de prácticas, y viajó a Bogotá con el objetivo de trabajar y desempeñarse en su profesión, pero después de varios meses de intentos fallidos, ya que no lo contrataban debido a que no tenía experiencia, y al agotársele los recursos económicos, se dedicó a trabajar en la seguridad privada y a enviar manuscritos de sus obras a diferentes editoriales del país, hasta conseguir ser publicado por varias editoriales como Oveja Negra, Ita Editorial y Volar Editorial.