Para entender de qué trata este nuevo libro, nada mejor que la presentación que el propio escritor realiza en el interior de su obra: «Si queremos defender nuestras convicciones religiosas debemos concientizarnos y capacitarnos asumiendo que la Evangelización debe ser permanente. Es por ello que hablar de Apologética es plantear maneras de fortalecer la identidad de los católicos. El proselitismo de muchos grupos religiosos sumados a los ataques que diversos medios de comunicación hacen a la Iglesia Católica nos obligan a salir de la zona de confort que representan nuestras comunidades parroquiales y aprender a dialogar con el respeto como bandera pero con firmeza para mostrar la solidez de lo que sostenemos. No se trata solamente de defenderse de los ataques, como el equipo que se refugia en su campo y busca evitar que el rival le convierta. Hay que “pasar al frente” y mostrar racionalmente la credibilidad de nuestra propuesta. El laico está llamado a conocer las bases de la fe y dar testimonio, sabiendo que la aceptación en los destinatarios depende no solo de la inteligencia sino en gran medida de la voluntad. Tenemos que pensar en una apologética interna y otra externa. La primera apunta a una “dotación de herramientas” intelectuales para que el creyente permanezca firme en la fe. La segunda categoría tiene la mirada puesta en la transmisión de la fe. Ese tesoro que es Cristo, esos dones maravillosos que son los sacramentos no merecen quedarse guardados, sino que debo darlos a conocer. Los capítulos que conforman este libro son parte de la categoría “Apologética informal” de mi blog de difusión de la fe “Mundo católico” (https://mundocatolico2018.blogspot.com). Al final del presente ejemplar los lectores encontrarán una guía de artículos recomendados de diversos sitios web de formación católica, los cuales siempre han contribuido para que siga creciendo en la comprensión de la fe. Detrás de estos enlaces subyace un mensaje importante: el material para nuestra formación no es misterioso ni secreto sino que se encuentra al alcance de nuestra mano explicado de forma asequible y muy bien fundamentada. No hay excusas para no seguir madurando y fortaleciendo la fe, y así compartirla con los demás. Ruego al Señor para que las páginas de este libro alimenten la fe y el conocimiento de los católicos y contribuyan a un diálogo sano con los que no profesan nuestra misma creencia».