Un libro de cuentos, de cuentos que no lo fueron; un libro de fábulas que un día se convirtieron en realidad. Una manera de mirar al pasado a través de aquel niño que creció en un barrio humilde pero lleno de juguetes que nos ofrecía la calle. Un libro de pequeñas historias contadas por las madres y de cómo nos hacían fantasear a través de sus palabras. Narraciones de aquellos viejos de mi barrio que tenían la virtud de contar las cosas como si estuviéramos en el cine. Un libro con escotes por donde asomarse a la realidad de aquella época, donde el hambre apremiaba a la imaginación para que nos buscáramos la vida...