La soledad, el aburrimiento son grandes impulsores de la idea. Y el entorno, a través de sus aljibes, se convierte en una dimensión poética sin precedentes, donde cada suceso conduce a una claraboya del subconsciente. Un simple viaje de recogimiento y meditación nos sirve para hacer de las fronteras una de las tantas invenciones de la imaginación. Los valles, las colinas, los lobos, la soledad, el instante moviéndose de una manera particular, creando un paisaje íntimo para que la soledad, sea un veredicto.