El símbolo nos conecta con lo universal, el corazón, y la percepción nos sugiere la escucha de la dinámica de la vida como expresión de lo divino en su relación con lo humano. Partiendo de estos dos pilares: símbolo y descripción de lo que se percibe y siente, éste no es un relato que comprender con la mente racional. No es una historia, sino una apertura, un ensayo en forma de diario y evocación, que puede ayudarnos a reconocer experiencias y vivencias propias de la autora en la vida del lector, con el fin de recordar quiénes somos. Es un puente de conexión con el universo a través de los sentimientos, las percepciones y las canalizaciones. Es un ensayo de estimulación de todo el ser, apelando a la belleza de un espíritu libre. Con esta obra, Shantjoti kaur comienza una serie titulada El camino de la paz. Nuevas formas de escribir para abrirnos a los nuevos tiempos. Bienaventurada La aventura de ser.