En el convento de la Biemparada existe, en el siglo XVIII, un problema de supervivencia porque se están agotando sus medios de adquisición de ingresos. En esa tesitura, se descubre en el interior del cenobio un tesoro introducido en el claustro de modo indigno. Los frailes se dividen en dos bandos, aquellos que desean vender las joyas para entregárselo a los pobres y los que quieren utilizarlo para asegurarse su supervivencia. Ante los enfrentamientos producidos, deciden enviar a Plasencia al prior y a un donado para buscar la mediación del obispo. El prior muere y el donado expone su vida para devolver el tesoro a sus dueños, porque es perseguido por un grupo de desalmados a través de los valles del Jerte y del Ambroz en una larga y emocionante aventura.