«¿Qué puede esconder el cuerpo de esta anónima anciana?», se preguntaba el comisario al descubrir que desde el mismísimo ministerio de Justicia le ordenaban desviar el cadáver a una clínica privada. Los primeros pasos en la investigación, a priori intrascendente, implican a un misterioso obispo al que nadie conoce, y que se mueve en un impresionante Mercedes con chófer. La novela, relatada en parte en clave humorística, aunque también con tintes dramáticos, nos transportará a unos días antes del descubrimiento del cuerpo, cuando a la anciana aún se le daba por desaparecida. Doña Engracia, su singular e inseparable amiga, obsesionada por encontrarla, no cejará en su empeño hasta implicar a estamentos policiales y judiciales. Será entonces cuando el lector acompañe a los protagonistas en la investigación, seguro de haberse anticipado al desenlace, sin embargo, un giro inesperado en los acontecimientos complicará la trama de forma sorprendente. Y es que, en ocasiones, no todo es lo que parece…