Young Fu Fujama observó de nuevo las posibilidades que tenía y se quedó pensativo. Había cumplido veinte años y quería comenzar la Universidad de una vez. Lamentablemente, en su Tokio natal(capital de Japón) se le hacía muy difícil, ya que las Universidades públicas estaban demasiado concurridas y con su sueldo de vendedor de zapatos no podía costearse una privada. —Tendré que emigrar, he consultado en todo el país y no he conseguido un solo lugar, ni siquiera media beca. Es lógico, mis calificaciones no son de las mejores -reflexionaba el joven que no tenía a nadie que lo ayudara a solventar sus gastos. Sus padres habían fallecido cuando tenía diez años en un accidente de tránsito, y la hermana de su madre, Akira, que lo había criado junto con su esposo Iku, ya tenía bastante con sus propios hijos. El esposo de la mujer, no ganaba demasiado cómo carpintero artesanal, y tenían dos bocas más que mantener. A pesar de todo, siempre estaría agradecido por el amor y los valores inculcados por la humilde familia. —Además, quisiera probar en otro país. Aquí ,tengo muchos recuerdos tristes, y la excesiva cantidad de población me tiene harto. Creo que me decidiré y partiré a Uruguay, me hablaron muy bien de la enseñanza de ese país. Hay Universidades gratuitas muy buenas, e incluso ayudan a los estudiantes que no pueden costearse todos los gastos. Por suerte hablo bastante bien el español, así que…veré a cuanto llegan mis ahorros y me iré lo antes posible. En diciembre a más tardar debo estar allí para organizarme . Mañana mismo pediré mi legajo estudiantil y solicitaré una carta de recomendación en el trabajo. Por suerte ,la Secretaria del Cole sabe inglés, porque no creo que en Uruguay haya tanta gente que hable mi idioma-decidió el joven asomándose al balcón de la habitación de la pensión donde vivía para observar los iluminados edificios de la ciudad. Tras un minuto de silencio, el joven siguió meditando. —Espero acostumbrarme a vivir en un país con tan poca población. Pero me han hablado maravillas del lugar, parece ser que el costo de vida es un poco caro ,pero la gente es muy amable y solidaria. Esta semana hablaré con la tía y me despediré de todos, ahora seguiré estudiando un rato más como será mi nueva vida -sonrió abriendo su computadora para analizar el lejano país que muy pronto, se transformaría en su segunda Patria. Rato después , Young Fu dormía apaciblemente, soñando acerca de un país que quedaba al otro lado del mundo.