Los distintos tipos de Editoriales o el díficil mundo del escritor novel (1ª parte): La Edición Convencional
Si eres escritor novel y acabas de terminar tu primer novela o libro de poesías, por poner un ejemplo, probablemente estarás a punto de lanzarte a la búsqueda de una editorial que aprecie tu talento y se preste a publicar tu obra. Lo que quizá aún no sabes, es que te dispones a entrar en un mundo de medias verdades, mentiras completas y oportunistas que intentarán hacerse con tu dinero jugando con tu ilusión por ver tu obra publicada.
Para intentar facilitarte este difícil trabajo vamos a hacer un pequeño repaso en una serie de post de de las distintas alternativas que el mercado editorial ofrece al escritor novel. Hoy empezaremos con la Edición Convencional.
Las editoriales tradicionales son sin duda el paraíso buscado por todo escritor. Si una de estas editoriales apuesta por la obra del escritor, ofrecerá a éste un contrato en el que se hará cargo de todos los gastos de edición. Este contrato normalmente contempla un número considerable de copias (de 2000 a 20000 normalmente) de la obra y toda una campaña de promoción y distribución a servicio del escritor. por no hablar de un suculento adelanto sobre las ganancias.
Aunque el porcentaje de ganancias para el autor por ejemplar puede no ser muy elevado (ronda el 10% sobre el precio de venta), no te engañes, hoy por hoy esta sigue siendo la mejor opción para cualquier escritor. El gran problema es que es prácticamente imposible que una editorial convencional apueste por une escritor novel. De hecho, la mayoría de editoriales ni siquiera contemplan esta posibilidad.
En todo caso, el procedimiento a seguir es sencillo, hazte con una lista de editoriales relacionadas con el tema o género literario de tu obra y comienza a enviar ejemplares. Las editoriales se toman con mucha calma la respuesta y no es difícil que se demore más de tres meses. No te desanimes por las cartas de negativa, lo más probable es que ni siquiera lean tu obra por falta de tiempo o porque simplemente no les interesen los autores noveles. Hoy en día hay bastantes editoriales que admiten originales por Internet, lo que abaratará bastante los gastos.
Otra forma de acceder a las editoriales convencionales es mediante agentes literarios. Si les interesas, se quedarán con una parte de tus beneficios, pero serán mucho más efectivos en la búsqueda de editoriales. Para contactar con ellos sigue el mismo procedimiento, busca los agentes más adecuados a tus obras y líate a enviar ejemplares (no te olvides nunca, antes de enviara a nadie un ejemplar de tu obra, de registrarla en el Registro de la Propiedad Intelectual, no te imaginas la de parásitos que pueden intentar hacerse con tu trabajo)
Como verás esta opción conlleva grandes gastos y muchísimo tiempo y paciencia y lo peor de todo es que en la mayoría de los casos será completamente infructuosa. De todas formas, inténtalo como primera opción, aunque es difícil, puedes ser el próximo Dan Brown. Y, sobre todo, nunca te desanimes por las negativas. Muchos de los grandes escritores de la actualidad sufrieron años de rechazos antes de publicar sus obras.
Los distintos tipos de Editoriales o el difícil mundo del escritor novel (2ª parte): La Autoedición y Coedición
En nuestro recorrido de las distintas alternativas que el mercado editorial ofrece al escritor novel, hoy le llega el turno a la Autoedición y Coedición.
Cuando la búsqueda de una editorial convencional no da los frutos deseados es habitual que algunos escritores recurran a las editoriales de autoedición. En este tipo de editoriales el autor seautofinancia la publicación de su obra, y la editorial ofrece el respaldo de su nombre y la organización del proceso editorial.
En teoría, la editorial realiza un contrato con el escritor que estipula los gastos de la edición y garantiza un número de ejemplares para el escritor. Además se acuerda la forma de distribución y, aquí es donde empiezan realmente los problemas.
Si estás interesado en utilizar esta opción para editar tu obra, lo primero que tienes que hacer es comprobar que los costes no están inflados la distribución que te ofrezcan sea real (puedes acabar con unos cientos de ejemplares de tu obra en un trastero de casa).La mayoría de las editoriales de autoedición engañan a los escritores, alabando artificialmente la obra (algunas aseguran realizar una selección de las obras a editar, pero no es cierto, publican todo sin atender a su calidad), engordando el precio de la edición y, por último ofertando una distribución de la obra que no llega nunca a producirse. artificialmente para lucro de la editorial y, a continuación, asegurarte de que
La coedición, no es más que una variante de la autoedición en la que en teoría los gastos se costean a igual parte por la editorial y el escritor. La realidad es que no es más que una excusa propagandística. El coste va a parar en su totalidad al autor. En su amplia mayoría no son más que editoriales de autoedición camufladas.
La autoedición, en definitiva, es una alternativa para publicar una obra que no encuentre su cabida en el circuito editorial convencional, pero es también un terreno abonado para estafadores que se lucran de la ilusión de escritores noveles que están ansioso por ver sus obras publicadas. No por ello debe ser considerada algo denigrante para un escritor, ya que grandes escritores como el propio Gabriel García Márquez, recurrieron a ella para abrirse camino, pero sí requiere de una cuidadosa elección de editorial y de todos los detalles del contrato editorial.
Los distintos tipos de Editoriales o el difícil mundo del escritor novel (3ª parte): La Impresión Bajo Demanda
Hoy le llega el turno a la opción más moderna de publicación que ha aparecido en los mercados: La Impresión bajo demanda, un moderno sistema de autoedición que abarata enormemente los costes.
Hasta hace pocos años la impresión se realizaba en sistemas de impresión offset, lo que requería siempre que las tiradas fuesen lo más amplias500 o 1000 ejemplares elevado precio y el poco margen de beneficios que permitía. posibles para bajar el precio por unidad. Esto, en el mercado de las editoriales significaba que cualquier impresión inferior a era prácticamente imposible de realizar por el
Sin embargo, la aparición de máquinas de impresión digital (para entendernos, con tecnología similar a las impresoras de inyección convencionales), se tradujo en el abaratamiento de la impresión (a costa de una pequeña pérdida de calidad) y la aparición de la posibilidad de hacer tiradas mucho más pequeñas, incluso de un solo ejemplar, sin disparar el precio exageradamente.
En este panorama, aparecióLulu.com, la que fue la abanderada de este tipo de impresión, hasta la aparición hace muy poco de serios competidores (Bubok, Amazón, etc….). Esta empresa ofrece la posibilidad de imprimir tu propio libro, facilitando herramientas para su publicación, sin coste alguno para el escritor, ya que es el comprador el que paga dichos costes al hacer el pedido. El libro se imprime en el momento en que un lector hace el pedido, de ahí el nombre de impresión bajo demanda.El escritor establece su propio margen de beneficios añadiéndolo al precio de venta (de este margen, Lulú se queda con el 20% siendo el restante 80% para el escritor).
Pero, ¿es oro todo lo que reluce?
Pues lamentablemente no. Aunque el sistema es muy sencillo, transaparente y sin apenas costes económicos para el escritor, plantea serios inconvenientes, que están haciendo que su despegue sea más lento de lo que parecía a primera vista:
- Estas editoriales bajo demanda publican absolutamente todo lo que se les envía sin filtro alguno. Esto, que a primera vista es una ventaja, también pude ser un inconveniente ya que la corrección y maquetación corre a cargo exclusivamente del autor. Si se quiere tener acceso a servicios de correcciónlos costes empiezan a dispararse hasta sus homólogos de impresión convencional.
- La calidad de la impresión bajo demanda va aumentando pero aún es inferíor a la impresión offset convencional, sobre todo en obras a todo color con acabados de lujo.
- No existe distribución alguna, aunque empresas como Lulú y otras ofrezcan supuestos paquetes de distribución. Lo único que hacen es asignar un ISBN a la obras y mandarla a bases de datos, ignoradas habitualmente por las librerías convencionales. El único mercado para estas obras es Internet, por lo que el escritor debe crear su propia estrategia de marketing en este medio.
- Los precios de venta al público siguen siendo más elevados que los de los libros de editoriales convencionales, lo que unido a que la mayoría de las obras son de autores noveles y desconocidos, hace casi imposible una venta seria a terceros.
En definitiva, siendo una alternativa interesante para empezar, la impresión bajo demanda no es de momento la panacea que prometía ser hace unos años.
La abanderada, Lulu.com, acaba de anunciar una subida de precios sin precedentes cercana del 60%, que hace imposible que un escritor espere vender sus libros por este medio. Al parecer, esta empresa ha optado por dirigirse al mercado de autoconsumo, buscando sus ingresos en los autores que publican exclusivamente por la ilusión de ver su obra en papel y vende unos pocos ejemplares a familiares y amigos, despreciando a los autores interesado en empezar auténticas carreras literarias. Un duro golpe para los que esperaban que el mercado de impresión bajo demanda fuese cada vez más competitivo con las editoriales convencionales y terminase por convertirse en una alternativa viable a estas.
Los distintos tipos de Editoriales o el difícil mundo del escritor novel (4ª parte): Los peligros del escritor novel.
Cuando un escritor termina su obra y se decide a buscar editorial, se enfrenta a una serie de decisiones no exentas de riesgos, por eso es conveniente dar un pequeño repaso a los
1) ¿En qué formato debo imprimir o presentar mi obra?
Lo ideal es contar con una edición digital que te permita presentar la obra de forma electrónica a través de email. Lo mejor es utilizar Word o realizar un PDF, que es compatible con cualquier lector.
Si la imprimes para enviarla por correo hazlo en papel A4 blanco de 90 grs. al menos (olvídate de colores ni nada similar). Utiliza una tipografía clara; Arial, Times o Garamond y un cuerpo 11 o 12 con interlineado sencillo o doble. Imprime las hojas sólo por una cara.
2) ¿Debo mandar la obra completa?
No mandes nunca la obra completa (ni por correo ni por email). Realiza un buen resumen que hable del contenido de la obra en unos pocos folios y realiza, a parte, una carta de presentación con tus datos personales de contacto. Esto te ahorrará muchos gastos inútiles ya que, si la editorial se interesa, te solicitará la obra completa.
3) ¿Pueden plagiar mi obra?
Siempre existe el riesgo de que una editorial poco escrupulosa copie tu obra o tu idea y la rehaga después. Para evitarlo registra siempre tu obra en el Registro de La Propiedad Intelectual. El gasto es mínimo y te evitará muchos quebraderos de cabeza. Para el registro necesitarás una copia impresa completa (puedes encuadernarla con canutillo) de la obra, especificando de forma clara en la primer página Título y Nombre del autor.
4) ¿Cuánto tiempo debo esperar la respuesta?
Las editoriales suelen ser desesperadamente lentas. Suelen tardar del orden de tres meses en responder. Si tardan más puedes mandar un email para preguntar por el retraso y asegurarte de que tu obra les ha llegado.
5) ¿Y cuándo me respondan qué hago?
La mayoría de las editoriales te responderán negativamente utilizando respuestas estándar (no es el tipo de novela en el que trabajamos, no tiene el nivel que requerimos para su publicación, etc…) No te desanimes por las respuestas negativas e insiste, probablemente si habrán leído tu escrito.
Si te responde afirmativamente pueden darse dos casos:
- Te responde una editorial convencional y te ofrece un contrato y una primera edición: ¡Felicidades! Celébralo y busca un abogado que te aconseje sobre el contrato antes de firmarlo.
- Te responde una editorial afirmativamente pero te pide que costees una parte de la tirada: Desconfía de inmediato, sobre todo si te llenan de halagos. Si no quieres gastar dinero olvida la propuesta y, si te tienta, busca un abogado que evalúe el presupuesto o a algún conocido escritor que pueda aconsejarte. No dejes que jueguen con tus ilusiones para hacerse con tu dinero y dejarte con un trastero lleno de libros sin vender.