Nací en Cuba, el 22 de agosto del año 1984. Desde niña he estado escribiendo todo tipo de cosas. De pequeña, recuerdo que me desconcentraba a veces en clase, ya que me pasaba el día escribiendo cuentos infantiles. Muchas veces las maestras me regañaron por esto, pero era algo que me encantaba hacer y no podía evitar. Participé en varios concursos infantiles del colegio, sobre todo en el género poesía. Al ir creciendo, al tiempo que aumentó mi interés por la lectura, también creció el de la escritura. Continué escribiendo novelas de adolescentes, frases y poemas; cualquier cosa que me viniera a la cabeza. Ya con 18 años, al optar por la carrera de medicina, dejé un poco de lado la escritura, pues tuve que enfocarme en los estudios, aunque en mis tiempos libres escribía poemas de vez en cuando. Cada cosa que escribía era mi secreto personal, ya que siempre me dio miedo (y aún ahora lo hace) la reacción que tendrían los demás ante mi obra. Muy pocas cosas he dejado que lean los demás, sobre todo por temor a las críticas. Retomé de lleno esta afición, años después, al salir de Cuba, por casualidades del destino. De alguna manera, el salir a un nuevo mundo me abrió las puertas de la imaginación nuevamente, y, junto con los nuevos retos que tuve que enfrentar, me adentré con fuerza en el mundo de la poesía. Trato de escribir poesía vinculada con las cosas cotidianas, con los sinsabores y las alegrías que vienen con la propia vida. La vida es un regalo y al mismo tiempo una condena, ya que te hace desdoblarte en mil caras durante su curso. En nuestro paso por esta corta vida, son muchas las pruebas que tenemos que superar, unas con alegría y otras con dolor. Existen momentos mágicos y cosas maravillosas que, por el ajetreo diario, perdemos constantemente y, en algún punto, me sorprendo reparando en esos detalles, que algunas veces ni siquiera observé. Trato de sacar poesía de todas las situaciones, así sean las más banales. Creo que este género te permite embellecer cosas simples, que no por serlo restan importancia en el mundo. Pienso que cada cosa y cada persona tienen una historia la cual me gusta contar a modo de versos, desde mi propio punto de vista. Quizás trato algunos temas que puedan resultar poco llamativos y quizás triviales, ya que no son los más regulares sobre amor y desamor, pero, en fin, lo hago para tratar de embellecer los pequeños detalles con los que vivimos. En alguna que otra ocasión trato sobre cosas personales, sentimientos que me han venido de alguna forma, que no puedo expresarlos ni liberarlos mejor, que mediante un poema. En fin, me encanta escribir poesía de… todo. En cuanto a otros géneros, he tratado el microrrelato y el cuento, más que todo de temática fantástica y de terror. En cuanto a estos géneros abuso bastante de los aspectos psicodélicos para ampliar la trama y, muchas veces, relacionados metafóricamente con aspectos de la realidad pasada o actual, relacionada o no con mi alrededor.