¿Qué quedó de la vanguardia?
Pablo E. Chacón / Télam
Día 11/01/2014
Los escritores y periodistas culturales Javier Cófreces, Pablo Farrés, Laura Estrin, Nicolás Mavrakis y Nicolás Cerruti respondieron a esta agencia sobre tres cuestiones en discusión permanente en la práctica literaria pero cuya velocidad pareciera haber cambiado después de diciembre del 2001 y de la explosión de las redes sociales.Las preguntas
1.- ¿A quién considerás el autor argentino capaz de abrir un campo de discurso en la narrativa?
2.- ¿Puede pensarse la literatura como una teoría de la evolución (de los géneros o de lo que sea?
3.- En el supuesto que no se pueda, ¿qué querría decir la palabra vanguardia?
Las respuestas
Nicolás Cerruti (psicoanalista; escritor; editor)
1.- Creo que más que un autor, habría que dar lugar a una lógica editorial que congregue distintos autores, que abrirán la lógica de un discurso, fracasando cada uno a la vez, con un nuevo libro, y uno nuevo, pero que en conjunto realicen aquello que introduce un campo. En este momento, uno capaz de hacerlo sería Luciano Lutereau.
2.- Ojalá algo en la literatura evolucionara. Pienso más bien en esa parte de la teoría de la evolución bastante cercana a definir lo extraño, circunstancial y contingente: la mutación. Creo en la mutación de la literatura, con todo y sus engendros.
3.- Vanguardia, una bella palabra de entonces. Ahora, parte de un discurso que no sabe nombrar todo aquello que queda por fuera del espíritu de una renovación, de la actualidad de una época, o simplemente, de leer aquello que no responde a los cánones de una lógica política. Creo en una vanguardia como un discurso fuertemente politizado.
Laura Estrin (escritora; editora)
1.- A veces sostengo la idea de originalidad... Pareciera que nadie salió del capote de Borges aún o nadie caminó a partir de algunos extremos de ciertas obras todavía. Aunque me gustaría discutir algunos nombres concretos, la literatura no es cosa generalizable.
2.- En la literatura hay irrupción, magia, dioses, infierno, nada de progreso, evolución y otras formas teóricas que tuvieron su origen en lecturas concretas para luego abandonarlas. La idea de evolución formalista, de tío a sobrino, está en la obra del ruso Pilniak, en su relato Caoba, de donde seguramente Tinianov la valoró.
3.- Lo que la crítica puede leer y entender: lo institucionalizado, lo permitido o masticado de un momento histórico determinado y que coagulado como nuevo se pide de rodillas que se repita, que se repita.