Fetichismo en la literatura
¿Cómo encuentran inspiración los escritores para sus obras? Los temas en la literatura nos llevan a descubrir el mundo interior de los autores y sus recursos para encontrar ideas y convertirlas en un ensayo o libro de viajes. Luis García Montero, en su libro “Una forma de resistencia” recurre a los objetos que le rodean para escribir una obra en la que reivindica el cuarto propio que daba título a la gran obra Virginia Woolf. Montero hila cada página a través del apego a los símbolos, que representan la vinculación a la política y a la realidad social para resistir en una búsqueda de lo que ha guardado, y de recuerdos robados, a veces, dice, tan importantes o no, como lo que perdura: alta ironía para describir una realidad en blanco y negro, los objetos son señas de identidad, agua que fluye en sus páginas como los estados de ánimo del poeta. En esta búsqueda del autor en el paisaje de las cosas los lectores somos pasajeros, viajamos junto al narrador con cada objeto y nos da aliento para ser también: otra forma de resistencia. Encontramos otro ejemplo de “inspiración• en el escritor mejicano Carlos Fuentes, que no recurre a objetos, sino a individuos: se publica en 2012, año de su muerte: “Personas”, Fuentes deja constancia de relatos compartidos con personajes, y los describe de forma exquisita y singular. Cada salto al pasado conecta con su biografía y nos acerca a una existencia rodeada de cultura y narrativa. Cuenta Carlos Fuentes cómo fueron esos años de intensa actividad literaria en América Latina, rodeado de escritores que ya forman parte de la literatura universal: Neruda o Cortazar. Su conocimiento de la creación literaria se muestra en este ensayo a través de la recopilación de citas, títulos y referencias, casi una enciclopedia para cocinar en la misma olla donde mezclaron ingredientes artísticos algunas personalidades del siglo XX; narraciones, versos y fotogramas que han marcado décadas fundamentales para la expresión artística. El autor nos cuenta la historia de quien lo escribe y de los que compartieron su vida, personajes que se cuelan en la memoria colectiva, en cada capítulo, que conforman un manual de escritura para amantes de la buena literatura y una manera deliciosa de leer y conocer la vida del autor.
Otros escritores recurren a los artículos para descubrirnos ese fetichismo para componer una obra literaria: objetos, personas, y en el caso de Julio Camba, su experiencia en una ciudad, “Londres”, título de una serie de artículos publicados el año pasado con motivo del 50 aniversario de su muerte. Londres es la crónica del autor pontevedrés que nos da la clave de su experiencia inglesa, abarca tanto su aprendizaje de otra cultura, como la postura vital de un pueblo que vive en blanco y negro y con el que Camba se niega a mimetizar. Para describir la vida en Londres, define por ejemplo la pulcritud de la puntualidad británica comparándola con el modo de ser español, todo ello cargado de mágica ironía, que no dejará de hacernos sonreír con cada artículo; pero a pesar de la resistencia para penetrar en esa ausencia de colores, Julio Camba hace una introspección para flotar, como caballero español, sobre costumbres que arañan en la conciencia del gentleman inglés. Camba nos advierte de una época y transforma nuestros prejuicios en lección de periodismo cargado de costumbrismo extravagante. Este libro nos envuelve en una vertiginosa lectura, por lo cercanas que nos resultan todas las anécdotas y experiencias a pesar de la distancia de un siglo.
Las tres obras tienen en común el anecdotario vital de los autores que cuentan, a través de objetos, personas o costumbres, relatos que demuestran su forma de llegar a las historias para que la “no ficción” nos envuelva de literatura.
© Sonia Aldama. Octubre 2013.