La cárcel de los poetas
César Coca / El Correo
Día 09/09/2013
La Lubianka es un edificio cuadrado, de una pesadez arquitectónica apenas aliviada por el color amarillo de sus paredes. Ocupa una plaza enorme y desangelada en cuyo centro, hasta 1991, se levantaba una estatua a Félix Dzerzhinski, y no llama la atención del turista que viene de extasiarse ante la magia de las cúpulas doradas del Kremlin o la elegancia airosa del teatro Bolshói. Y, sin embargo, este inmueble situado a apenas unos cientos de metros del corazón del Moscú monumental tiene una de las historias más terribles de la cultura en el último siglo: tras sus paredes, que albergan la sede del KGB y una cárcel, tuvieron lugar interrogatorios y torturas a toda una generación de poetas, artistas e intelectuales que creyeron que era posible crear en libertad en la URSS. Se equivocaron, y no porque los dirigentes comunistas no apreciaran su trabajo. Al contrario. Como escribióÓsip Mandelshtam, «en ningún otro sitio se valora tanto la poesía como en Rusia, donde incluso fusilan a la gente por ella». Antes de ser fusilados, pasaban por la Lubianka.