Sin azúcar y con premio incluido: cafés literarios
Karina Sainz Borgo / Vozpópuli.com
Día 28/08/2013
Los hay con premio: como el de Flore o Les Deux Magots. Nocturnos o diurnos: no tienen hora y el tiempo pasa por ellos como las historias por los lectores. El Royal en Londres, El Floridita en La Habana, El Gijón y El Comercial en Madrid o el White Horse y el Algoquin en Nueva York. Es el primero del recorrido. Por una razón muy sencilla: muchos se frotan las manos ante la noticia de su reapertura en 2014. Se trata del Bar Hemingway, en el Ritz de París, bautizado así por su célebre cliente, el autor de Adiós a las armas, y cerrado por obras desde hace dos años. Es uno de los tres bares que forman parte del que ha sido, sin duda, un enclave literario por excelencia. Lo menciona F. Scott Fitzgerald en Suave es la noche y el propio 'Hem' en Fiesta. Aunque para cafés literarios parisinos, la lista es larga. Sin ir muy lejos, en el boulevard de Saint-Germain: El Café Les Deux Magots -que desde los años treinta tiene un premio literario con su nombre- y en el que solían reunirse Elsa Triolet, André Gide, Jean Giraudoux, Picasso, Fernand Léger, Prévert, también Sartre y Simone de Beauvoir, además de la corte surrealista en pleno.