Ser escritor, el oficio de lo incierto
Silvana Boschi - Revista Eñe / culturamas.es
Día 03/08/2013
¿Quién o qué define cuándo alguien puede ser considerado un escritor? ¿El público, las editoriales, la crítica, el mundo académico? Autores, editores y docentes opinan sobre el tema. “Dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a la vez.” (Jorge Luis Borges). La frase instala en el campo de las no-certezas la siguiente cuestión: ¿Qué define quién es un escritor? ¿La aceptación de las editoriales, los lectores, la crítica? ¿El reconocimiento de los colegas, las universidades, las instituciones, los premios literarios? ¿O es la calidad de la obra y su permanencia en el tiempo lo que convierte a alguien que escribe en un “escritor” con mayúsculas? Por vocación, por oficio o por afán de figuración, muchísima gente quiere escribir y muchos lo consiguen. Basta con entrar en una librería para darse cuenta. En la mesa de novedades, las filas de libros son infinitas. Y las promesas de las contratapas sobre la calidad de la obra, también. Todos los meses, las editoriales publican libros como si fuesen periódicos, y es sabido que en Argentina los talleres literarios y los cursos sobre literatura tienen un público nutrido. Pero no cualquiera, aunque tenga algún texto publicado, es un escritor.