Rigor y risa (artículo de Enrique Vilas-Mata)
Enrique Vilas-Mata / El País
Día 14/05/2013
Hay entre nosotros tanto rigor intelectual mortis (la novela, pobre, muertita) y abundancia de autor comprometido y admirable que convendría que nos llegara ahora una sencilla ráfaga de literatura del desatino, aquella que, según Chesterton, fundara Mr. Lear, el enigmático Edward Lear. Al oír hablar de semejante rama de la literatura, algunos quizás piensen en Aristófanes, Sterne, Rabelais, pero hay que decir que si bien estos escribieron obras maestras del género lo hicieron en un sentido diferente a los artefactos de Edward Lear, pues lo que ellos escribieron era de corte satírico, es decir, simbólico, y siempre hubo una gran diferencia, decía Chesterton, “entre el instinto de la sátira, que, viendo en los mostachos del káiser algo inherente a él, los dibuja cada vez más grandes, y el instinto del desatino, que, absolutamente sin motivo alguno, imagina cómo le quedarían esos mostachos al actual arzobispo de Canterbury si en una distracción se los dejara crecer”.