'Merchandising' a la desesperada para salvar al libro de papel
Rubén Díaz Caviedes / El Confidencial
Día 06/05/2013
Sería un volumen más de los que abarrotan las librerías y los estantes de la sección editorial de las grandes superficies si no fuera por un detalle en principio nimio: Hijos del clan rojo, la reciente novela de Elia Barceló, tiene el borde frontal –lo que un encuadernador llamaría “el filo”, la parte opuesta al lomo– pintado de color rojo. Y no uno apagado, claro. Es un rojo carmín furioso, de los que restallan en la retina y exigen al ojo, por supuesto, su visibilidad incluso desde lejos. También es rojo lo último de Michael Chabón, aunque en su caso la singularidad no es cromática, sino auditiva y musical, y no es una licencia poética por más que hablemos de algo tan sumamente insonoro como un libro. Telegraph Avenue se presenta en los puntos de venta con una pegatina en la portada que a su vez contiene un código QR y una leyenda que dice: “Así suena Telegraph Avenue”. Con la ayuda de un smartphone, cualquier interesado puede retratar el código y acceder así a una colección de temas musicales que aparecen en la novela y que sirven de inspiración durante su lectura.