El futuro de la novela española está en el extranjero
Peio H. Riaño / El Confidencial
Día 07/05/2013
Es el retrato de una vieja canción que muy pocas veces se repite: escritores labrados en el silencio de sus horas libres y en la seguridad de un empleo insatisfactorio. Lectores por compulsión que con su primera novela logran hacer de su afición su profesión. Es la leyenda que nutre las escuelas de escritores, la ilusión del recién llegado y el mito del encuentro con el gran público. Pero algo ha cambiado en el camino del éxito de un novato: a la fiesta se han unido las editoriales extranjeras. Autores desconocidos que venden traducciones a decenas de países antes de haber sido publicados en España, antes de tener buenas críticas y de demostrar que son capaces de vender, vender y vender. Antes, incluso, de ser autores. No tienen un rostro conocido en la televisión, no saben a quién ni a dónde mandar el manuscrito en el que llevan años trabajando, sin experiencia en el maltrecho y perverso universo editorial. Espontáneos que, a pesar de todo, triunfan con su primera novela y venden miles de libros. Es el premio gordo menos casual de todas las loterías y apuestas de un Estado donde cada vez hay menos dinero para la lectura.