¿A qué huelen los libros electrónicos?
Juan Torres / vozpópuli.com
Día 03/05/2013
En el imaginario colectivo, Gutenberg y su imprenta se nos aparecen como una línea perfectamente delimitada en lo que se refiere al nacimiento del libro tal como lo hemos entendido en los últimos cinco siglos. Tenemos en la retina cerebral la imagen del monje benedictino miniando los códices y en la imagen siguiente, sin transición ninguna, se nos aparece el libro impreso y editado más o menos al modo en que todos nosotros lo hemos conocido. La realidad fue bastante más compleja. A Gutenberg se llega no como resultado del golpe de suerte de un tipo más o menos listo sino como culminación de un proceso en el que la sociedad necesita cada vez más libros, cada vez más ejemplares, cada vez más rápido.