Honestidad de los premios literarios
Alejandro Gándara / El Mundo
Día 21/03/2013
Ayer, durante el almuerzo del Premio Alfaguara de Novela -que ganó José Ovejero, a quien me apresuro a felicitar- y en el que estuve agradablemente acompañado por los escritores José María Merino, Pedro Sorela y Marina Mayoral, me preguntó una periodista si yo creía que los premios eran honestos. Me parece que es una pregunta que no puede ser contestada de una única manera, pues se reúnen en ella honestidades distintas. De forma genérica respondí que los premios formaban parte de una convencional estrategia de promoción de la editorial y que tenía la impresión de que aquellos que llevaban el nombre de la editorial acuñado en el galardón eran los mejores, a traducir por los más abiertos.