“Ante lo que pasa estoy perplejo, entre atónito y desconcertado” (Entrevista a José Manuel Caballero Bonald)
Juan Cruz Madrid 18 NOV 2011
José Manuel Caballero Bonald. Poeta.Autor de Manual de infractores. 85 años recién cumplidos. Está atónito ante lo que pasa. Aquí lo dice.
Pregunta.¿Cómo se siente ahora en este país?
Respuesta. Quizá el calificativo que mejor me defina ahora sea el de perplejo, entendiendo por perplejo una especie de punto intermedio entre el atónito y el desconcertado. Habría que actualizar la Guía de perplejos de Maimónides. La perplejidad incluye la indecisión, y creo que más de la cuarta parte de los españoles está indecisa. Estamos asistiendo a un desplazamiento de lo que se entiende por política. El politikós de los griegos, o sea, el ciudadano, está entrando en una zona de desconcierto, una vez que la política ha sido sustituida por la economía. Es el fin de las ideologías, se ha borrado la ideología de los partidos, los gobernantes están siendo sustituidos por tecnócratas, ha ocurrido en Grecia, ha ocurrido en Italia y va a ocurrir en muchos otros países. Los políticos de lo único que hablan ya es de economía, de la crisis de la deuda, de la prima de riesgo, de los recortes, de los eurobonos, ¡qué sé yo!, de todos esos desbarajustes económicos que provocaron hace 30 años más o menos la señora Thatcher y el señor Reagan, ese capitalismo desaforado que ha traído como consecuencia unos desequilibrios realmente escandalosos.
P.Emilio Lledó evocó en esta serie la palabra guerra (“una guerra europea sin cañones”) para definir lo que pasa.
R. Lledó tiene en parte razón. Aunque mejor que a ese concepto bélico, yo me referiría a un trasfondo de violencia innegable, como si se estuviera fraguando una especie de dominio absoluto de la oligarquía financiera en el mundo. El nuevo orden mundial del que se hablaba antes va a consistir realmente en una nueva era del capitalismo. Y en una era sobradamente peligrosa, porque nadie duda ya de que los grandes núcleos de poder económico son los que dominan el mundo y van a dominarlo cada vez más. El ciudadano como tal, en sentido clásico, ya no va a existir, van a existir subordinados a ese capitalismo. El PP ya ha hablado de la supresión de esa asignatura necesaria, de la Educación para la Ciudadanía —todo un síntoma,— como si eso fuera innecesario. El sentido del político, como tal gobernante dedicado a la gestión de una sociedad orientada al bien común, se ha extinguido.
P.¿Qué nos lleva a esta situación que requiere adjetivos tan inquietantes?
R. Eso tiene sus raíces en la Transición. La Transición fue un apaño de urgencia, como bien se sabe. La derecha cedió algo para conservarlo todo y la izquierda consiguió algo para no perderlo todo. Y de ahí surgió un franquismo latente que reaparece de cuando en cuando, a la vista está. Ahí está sin ir más lejos la historia del PP, cuyo presidente ha sido hasta ayer mismo el señor Fraga Iribarne, uno de los máximos exponentes de la represión franquista… El PP es un conglomerado de grupos de derechas, muchas derechas formando un bloque, desde los moderados a los extremistas, desde los demócratas a los ultras. Por ahí sigue funcionando lo más retrógrado de nuestra derecha: el inmovilismo, el nacionalcatolicismo, el oscurantismo…