Hace unos días estuve en una librería y me detuve un rato en sus mesas de novedades. Ya no recuerdo qué buscaba en ese momento pero sí lo que me llamó la atención. La mayoría de los libros expuestos estaban firmados por hombres.
No salen las cuentas: Ellas no paran de escribir, pero se las ve menos
Por: Inmaculada de la Fuente
Hace unos días estuve en una librería y me detuve un rato en sus mesas de novedades. Ya no recuerdo qué buscaba en ese momento pero sí lo que me llamó la atención. La mayoría de los libros expuestos estaban firmados por hombres. Si comparaba a unos con otras, las autoras solo representaban la tercera o cuarta parte. No realicé un registro exhaustivo, pero no me salían las cuentas. Se sabe que las mujeres leen más (sobre todo narrativa), y que en el campo de la edición van adquiriendo una mayor presencia y visibilidad. Se dice incluso que nunca ha sido más fácil para una mujer publicar. Sin embargo, ellos (consagrados o noveles) deben tenerlo más fácil, porque publican en mayor proporción. Manuel Rodríguez Rivero lo recordó en su columna del miércoles (16 de febrero) en este diario, titulada De nuevo sobre damas y libros.