El oficio de leer y de recomendar un libro
JUAN CRUZ 22/01/2011
De todos los oficios del periodismo uno de lo más arriesgados y difíciles es el de hacer un suplemento literario; es decir, el de leer para recomendar libros.
Kafka decía que el momento más arriesgado del día era dejar la cama. Pues hacer un suplemento literario, habida cuenta el ego que se superpone a la actividad de escritores, editores, libreros, agentes e incluso lectores, es mucho más arriesgado que levantarse.
Todos los escritores -todos quiere decir todos— creen que su libro es el más importante del mundo, y que debe ser leído como tal, y por tanto que debe ser recomendado como un producto imprescindible; todos los editores consideran que la producción que estimulan es la más preciosa del mercado; los libreros consideran que sus apuestas son las más adecuadas y por tanto imprescindibles, y los lectores, en fin, no siempre están de acuerdo con lo que han seleccionado los responsables del suplemento y, con justicia o sin ella, refunfuñan y asaltan el suplemento con cartas alevosas o desdeñosas.