Grandes escritoras universales (CLXXIX)
Rosario Castellanos
Rosario Castellanos nació en Ciudad de México, el 25 de mayo de 1925, aunque pasó toda su infancia y adolescencia en Comitán de Domínguez, situada en Altos de Chiapas. Su hermano Benjamín murió cuando tenía siete años, y sus padres en 1948.
Foto: eschiapas.org
Estudió en Ciudad de México y, en 1950, se graduó como maestra en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. En la capital conoció a Ernesto Cardenal, Jaime Sabines y Augusto Monterroso. Una beca del Instituto de Cultura Hispánica le permitió estudiar en la Universidad de Madrid, el curso 1950-51.
Fue profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en la Universidad de Wisconsin, en la Universidad Estatal de Colorado y en la Universidad de Indiana. Colaboró en el diario mexicano Excélsior, fue promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista y secretaria del PEN Club. En 1954-1955, fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores.
De 1958 a 1961, se dedicó a la redacción de textos escolares en el Instituto Nacional indigenista de México.
En 1961, se casó con Ricardo Guerra Tejada, y tuvieron un hijo. Como promotora cultural, trabajó en el Instituto de Ciencias y Artes de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y dirigió el Teatro Guiñol del Centro Coordinador Tzeltal-Tzotzil, auspiciado por el Instituto Nacional Indigenista. En la UNAM, trabajó como titular de la Dirección General de Información y Prensa (1960-1966) y fue profesora en la Facultad de Filosofía y Letras.
Fue nombrada embajadora de México en Israel en 1971, y trabajó como catedrática en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Falleció en Tel Aviv, el 7 de agosto de 1974, a los 49 años, en un trágico accidente al responder el teléfono cuando salía mojada de la bañera.
Dedicó gran parte de su obra a la defensa de los derechos de las mujeres pero también de las desigualdades entre blancos e indígenas.
Foto: poemas-del-alma.com
Entre sus poemarios, destacan Trayectoria del polvo (1948) y Lívida luz (1960), que fueron elogiados por Octavio Paz y Carlos Monsiváis. Su poesía completa fue reunida bajo el título de Poesía no eres tú (1972).
Las novelas Balún Canán (1957) y Oficio de tinieblas (1962) recrean la atmósfera de Chiapas, y estas mismas temáticas formaron parte de su relatos con títulos como Ciudad Real (1960), Los convidados de agosto (1964) y Álbum de familia (1971).
También destacó con ensayos como Mujer que sabe latín (1974).
Natalia Beristáin dirigió una película sobre la vida de la autora, Los adioses.
Su obra fue reconocida con los premios: Premio Chiapas (1958), Premio Xavier Villaurrutia (1960), Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1962), Premio Carlos Trouyet de Letras (1967) y el Premio Elías Sourasky de Letras (1972).
