130 aniversario del nacimiento de César Vallejo
César Vallejo nació el 16 de marzo de 1892, se cumplen este año 130 años de su nacimiento, y es un buen momento para homenajear el poeta peruano más universal. Fue un gran renovador de la poesía en español, con obras inmensas como Los heraldos negros o Trilce, y tuvo una enorme influencia en la literatura latinoamericana e incluso numerosos poetas anglosajones han reconocido el influjo que su verbo tuvo en su obra en palabras de Martin Seymour-Smith, «el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas». Trilce, donde el poeta llevó la lengua española hasta límites insospechados, anticipó en gran parte la vanguardia que se desarrollaría en los años 1920 y años 1930, y fue la base para obras como Altazor (1931), del chileno Vicente Huidobro.
Vallejo fue también narrador, ensayista, dramaturgo, periodista, traductor y docente, todos estos oficios, sin embargo es en la poesía donde fue un renovador incansable.
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En Lima publicó sus dos primeros libros de poemas: Los heraldos negros (1918) y Trilce (1922) que ya lo situaron en el olimpo de los poetas universales, estos libros han sido traducidos a muchas lenguas distintas. Trilce fue escrito tras pasar por la cárcel, vivir la muerte de su madre, y el abandono y fallecimiento de su amada, María Rosa Sandoval.
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En 1923 viajó a España y de allí se fue a París, la ciudad de las luces no fue más fácil para el poeta que malvivió e incluso llegó a dormir bajo un puente, a pesar de ser colaborador de periódicos como El Norte de Trujillo, y las revistas L'Amérique Latine de París, España de Madrid y Alfar de La Coruña. En París conoció a Juan Larrea, Vicente Huidobro, Pablo Neruda y Tristan Tzara. Con Larrea fundó la revista Favorables París Poema, y con Pablo Abril de Vivero el semanario La Semana Parisién
La situación mejoró algo en los años posteriores, en 1925 empezó a trabajar como secretario de Les Grands Journaux IberoAméricains, una vasta organización publicitaria, y a colaborar para la revista limeña Mundial.
En 1929 viajó a Rusia con Georgette, visitaron Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias ciudades italianas, antes de retornar a París. Inició su colaboración para el diario El Comercio, como corresponsal oficial, y continuó haciéndolo con las revistas Variedades y Mundial.
En 1931 fueron testigos, en Madrid, de la caída de la monarquía borbónica y la proclamación de la Segunda República Española y se relacionó con los intelectuales españoles como Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego y José Bergamín.
En los años siguientes escribió varios cuentos: El niño del carrizo, Viaje alrededor del porvenir, Los dos soras y El vencedor.
En 1937, en plena guerra civil, asistió al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en España.
Murió el 15 de abril de 1938 en la capital francesa. Su elogio fúnebre estuvo a cargo del escritor francés Louis Aragon.
Un año después, Georgette Vallejo, su viuda, reunió los últimos poemas bajo el título de Poemas humanos, que salió publicado en 1939, y el volumen España, aparta de mí este cáliz. En sus últimos años había escrito una novela titulada El tungsteno (1931) y el libro de crónicas Rusia en 1931 (1931).