Vulgarismos
Un vulgarismo es una expresión morfológica, fonética o sintáctica empleada en lugar de la palabra correcta y que no se considera parte de la llamada lengua culta. Sin embargo, muchas expresiones que antiguamente se consideraban vulgarismos hoy se aceptan y son de uso común, o también se da el caso de que ciertos arcaísmos que han desaparecido de la lengua culta se conserven solo en la lengua popular como vulgarismos, como almóndiga (‘albóndiga’), asín (‘así’), talego (‘cárcel’).
Hay varios tipos de vulgarismos:
• Prosódico:
o Se sustituye un sonido por otro: agüelo (abuelo)
o Se cambia de orden los sonidos de una palabra: prespectiva (perspectiva)
o Se añaden sonidos al principio de una palabra: arrascar (rascar)
o Se agregan sonidos al final de una palabra: bacalado (bacalao)
o Se cambia de posición un acento: Intérvalo (intervalo)
o Se lleva a cabo una reducción final en la palabra: bofetá (bofetada)
• Morfológico:
o Se produce una confusión del género: poco hambre (poca hambre)
o Se conjugan de forma incorrecta las formas verbales irregulares: conducí (conduje)
• Sintáctico:
o Se emplean construcciones que no respetan la coherencia o cohesión sintáctica: Han habido muchos accidentes (ha habido muchos accidentes)
• Léxico:
o Se producen confusiones de significado en el uso de las palabras: me destornillo de risa (me desternillo de risa)