La ortografía de la risa
Aunque parece que las onomatopeyas se hacen eco directo de los sonidos, y por tanto a priori deberían ser iguales en todos los idiomas, lo cierto es que no es así, y los perros ladran “Guau” en español y “Bow” o “Woof “ en inglés. Las onomatopeyas e interjecciones no son reproducciones exactas del sonido que pretenden reflejar, por lo que existen variaciones entre las distintas lenguas.
En español, la risa se ha representado con el uso de la interjección “ja”, escrita con jota, y no la forma “ha”, propia de otras lenguas, como el inglés o el francés, y normalmente se repite al menos dos o tres veces (puede denotar burla, incredulidad o ironía):
−Ja, ja, ¡qué estupidez!
Además de la interjección “ja”, se emplean las formas “je”, “ji”, “jo” y “ju”, las cuales, del mismo modo, pueden reflejar distintos matices de la risa, bien irónica, incrédula, malvada o sarcástica, según el contexto:
«El marido dice que en la fabada no se echan tacos de ternera y ella responde que su madre los echaba. El hombre suelta una carcajada. Tal vez esté fingiendo, pero su risotada resulta convincente. Se ríe, además, con la letra o, con lo que sus carcajadas resultan todavía más brutales y humillantes.
—Jo, jo, jo —cloquea.
—Ji, ji, ji —se burla la mujer» (Javier Tomeo La mirada de la muñeca hinchable [España 2003]).
En la escritura formal lo correcto es separar mediante comas cada una de las repeticiones de la interjección, pues todas ellas son tónicas:
«Soy Casimiro, el sastre. Pero para los amigos, Menéndez.¡Ja, ja, ja!» (Fernando Fernán Gómez El viaje a ninguna parte [España 1985]).
Sí se escribe en una sola palabra cuando se usa como sustantivo, debe llevar tilde por tratarse de una palabra aguda terminada en vocal:
«—¡Gofio! Pregúntale al Mago qué le dio de merendar Julieta Mamirriqui Cañizares —dijo Larry entre eufóricos jajajás» (Eliseo Alberto Esther en alguna parte [Cuba 2005]).