Apuntes sobre el chino mandarín
El chino mandarín se compone del conjunto de dialectos del chino que se hablan en el norte, centro y suroeste de China, y es la lengua estándar que permite la comunicación a todos los ciudadanos chinos que tiene otras lenguas maternas. Actualmente cuenta con unos 1.200 millones de hablantes, y es la lengua con mayor número de hablantes nativos y hablantes totales del mundo.
Por su peculiaridad, sigue siendo una gran desconocida para el resto del mundo, aunque las escuelas más prestigiosas ya incluyen el chino entre las lenguas de las que sus alumnos deben tener nociones básicas, al lado del inglés.
El chino, además, es uno de los idiomas más antiguos aún en uso. Su origen se remonta a 1250 a.C, a la última dinastía Shang. Junto con el idioma Tamil, es uno de los idiomas más antiguos que sobreviven en el mundo.
Es idioma oficial de las Naciones Unidas, junto al inglés, árabe, francés, ruso y español.
Un dato curioso, es que la palabra “mandarín” proviene de la palabra portuguesa “mandarim”, que a su vez se origina de la palabra sánscrita “mantrin”, que significa “ministro”. Los propios hablantes no lo denominan así sino Guóyǔ (国语), que significa “idioma nacional”, o Pǔtōnghuà (普通话), “habla común”.
El chino, como todo el mundo sabe, se escribe con caracteres gráficos, y no con un alfabeto, pero sí existe un sistema de transcripción fonética de la escritura china al alfabeto latín denominado pinyin. En total, existen más de 20.000 caracteres distintos, aunque un hablante medio emplea unos 2.500.
Es un idioma con una gramática china simple ya que no hay conjugaciones verbales y los tiempos se expresan usando frases de tiempo como “mañana, ayer, en el futuro”, tampoco hay sustantivos específicos de género, y no hay necesidad de distinguir entre nombres singulares y plurales, pero eso no lo hace un idioma fácil de aprender, al contrario, sobre todo por la compleja pronunciación basada en tonos y sonidos diferentes de los de las lenguas indoeuropeas. Los ideogramas tampoco señalan la pronunciación, por lo que hay que aprenderlo por separado, y se da el caso de que los diferentes tonos aportan un significado completamente distinto.
La palabra más compleja de escribir requiere de 57 trazos gráficos.
Y el dato más curioso es que para aprender chino es necesario utilizar ambos lóbulos temporales del cerebro, mientras que los hablantes de otros idiomas solo usan el lado izquierdo.