Emoción y sintaxis
Estudiar un idioma implica aprender las palabras y su significado (semántica) pero también las reglas que las gobiernan (sintaxis), por ello, para hablar hay que automatizar estas reglas. Aprender un idioma, también el materno cuando somos bebés, se ejecuta a través de una serie de operaciones del cerebro: discriminar sonidos, aprender palabras y automatizar reglas.
Según los estudios clásicos de procesamiento del lenguaje, la sintaxis es un proceso de automatización, es decir, el cerebro utilizaría las reglas del lenguaje sin ser consciente de ellas. En cambio la semántica, es controlada, flexible y permeable a otros procesos cerebrales. Los errores sintácticos activan otras áreas del cerebro, las frontales y parietales respectivamente. Sin embargo, en los estudios más avanzados se ha empezado a demostrar que las emociones son capaces de afectar a la sintaxis, incluso si se percibe la emoción de forma inconsciente. Por ejemplo, al leer en voz alta el cerebro reacciona de forma distinta ante los errores sintáctico si estamos leyendo solos, -que produce un procesamiento más detallado y sistemático-, o acompañados, -lo cual crea una comprensión del lenguaje más creativa e integradora.