Adiós al gran poeta Adam Zagajewski
El pasado 21 de marzo murió Adam Zagajewski, uno de los grandes poetas contemporáneos.
Zagajewski nació en Lwów, Cracovia, el 21 de junio de 1945, fue un poeta, novelista y ensayista polaco miembro de la Generación del 68 en su país.
Su familia fue expulsada por los soviéticos y se instaló en 1946, tras la Segunda guerra mundial, en Gliwice (Silesia), donde realizó sus estudios secundarios. Estudió en la Universidad Jagellónica de Cracovia, psicología y filosofía. Formó parte del movimiento poético de la Nowa fala (nueva ola) y del grupo literario polaco Teraz (ahora).
En 1967 publicó su primer poema en la revista Życie Literackie, en los años siguientes publicó regularmente en las revistas Odra y Twórczość.
En 1972 publicó su primer poemario, Komunikat, al que siguió la novela Ciepło zimno (Caliente y frío). Colaboró en la revista clandestina Zapis, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca.
Publicó después Sklepy mięsne ("Carnicerías") y fue traductor deRaymond Aron y Mircea Eliade.
Formó parte de la Carta de los 59, en 1975, tras los Acuerdos de Helsinki, se unió en 1976 al Comité de Defensa de los Obreros (Komitet Obrony Robotników, KOR) y las autoridades comunistas prohibieron la publicación de sus obras.
Se marchó a EE.UU., en 1988, como profesor visitante en la Creative Writing Program de la Universidad de Houston. En1982 se estableció en París.
Regresó a Cracovia en 2002 junto a su mujer, Maja Wodecka, donde es coeditor de la revista literaria Zeszyty literackie.
Es miembro de la Asociación de Escritores Polacos.
En 1996, recibió el Premio Vilenica, concedido en Eslovenia, y el Premio Adenauer de literatura, en 2002. También obtuvo el premio Berliner y el Kurt Tucholsky. En 2017 fue galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Letras.
En español su obra ha sido publicada por la editorial Acantilado con títulos como: Asimetría; Mano invisible; Solidaridad y soledad; Antenas; Dos ciudades; Deseo;
Poemas escogidos; En defensa del fervor; Tierra del fuego o En la belleza ajena.
Nos despedimos con uno de sus poemas:
La poesía es búsqueda del resplandor
La poesía es búsqueda de resplandor.
La poesía es un camino real
que nos lleva hasta lo más lejos.
Buscamos resplandor en la hora gris,
al mediodía o en las chimeneas del alba,
incluso en el autobús, en noviembre,
cuando al lado dormita un viejo cura.
El camarero en el restaurante chino
estalla en llanto y nadie imagina por qué.
Quién sabe, quizás esto también es una búsqueda
que se parece a un instante a la orilla del mar,
cuando en el horizonte aparece un barco rapaz
y se detiene, paralizado largo tiempo.
Pero también, momentos de profunda alegría
e incontables momentos de angustia.
Déjame ver, por favor.
Déjame persistir, por favor.
Al atardecer cae una fría lluvia.
En las calles y avenidas de mi ciudad
en silencio y con fervor trabaja la oscuridad.
La poesía es búsqueda de resplandor.