Juegos literarios 74 –¿Qué esconden los nombres?
El nombre propio es una de los elementos que más nos marcan nuestra existencia y, sin embargo, no podemos elegirlo. En las sociedades de los indios pieles rojas se consideraba que en la edad adulta podías buscar un nombre que se ajustara a tu personalidad, y dejar atrás el de la infancia, pero en las nuestras cargamos con la huella familiar del que han elegido nuestros progenitores.
Los autores eligen los nombres de los personajes con sumo cuidado, y algunos nombres o apellidos han pasado a formar parte del imaginario colectivo, es el caso de “estar de Rodríguez”. Cuando en España se dice esto nos referimos al hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera, normalmente de veraneo. Es una expresión muy popular que comenzó a extenderse durante los años sesenta y setenta cuando las familias tenían segundas residencias y en general las mujeres se dedicaban solo al cuidado de los hijos.
Otra expresión popular marcada por el nombre, es la de “ser una Maruja, que alude una mujer dedicada exclusivamente al trabajo del hogar, sin inquietudes culturales, sociales ni de otro tipo.
O llamar a las asignaturas fáciles “marías”, que viene de Las Tres Marías (La Virgen María, María la de Betania y María Magdalena) fue la expresión que se popularizó durante la época del franquismo para las tres áreas obligatorias en todas las carreras que se superaban con facilidad: Educación Física, Religión y Política, desde entonces, una asignatura María es aquella que se aprueba sin esfuerzo, que carece de importancia.
Os animo a crear un breve relato que juegue con expresiones que deriven de nombres propios o de apellidos, seguro que cada país tiene las suyas propias.
