Grandes escritoras universales (LXXIV)
Seguimos recordando algunas figuras fundamentales de la literatura universal.
Ann Quin
Ann Quin nació el 17 de marzo de 1936 en Brighton, Sussex, en el seno de una familia obrera. Estudió en una escuela católica, el Convento del Santísimo Sacramento, en Brighton, hasta los 17 años. Se formó como mecanógrafa taquigráfica y trabajó en una oficina de abogados, y en una editorial.
En 1964 publicó su primera novela, Berg, que deslumbró a la crítica, The Guardian, por ejemplo señaló: «Tiene el mejor inicio de novela que haya leído. Es Berg, de Ann Quin: un debut tan asombrosamente superior a la mayoría que nunca lo olvidarás, y escrito por una de nuestras mejores novelistas.»
Le siguieron Three, de 1966, Passages, de 1969, y Tripticks, de 1972. Se convirtió en una de las figuras más destacadas del movimiento de escritores experimentales británicos de la década de 1960, formado por: BS Johnson e incluyendo a Stefan Themerson, Rayner Heppenstall, Alan Burns y Eva Figes, todos ellos estaban influenciados por Samuel Beckett y el nouveau roman francés. Obtuvo la beca D. H. Lawrence y vivió dos años en Estados Unidos, donde entró en contacto con grupos hippies y experimentó con numerosas drogas.
Tras su muerte, cayó en el olvido, a pesar de ser considerada una escritora de la primera fila de la vanguardia literaria de Gran Bretaña, y de que autores contemporáneos no convencionales como Stewart Home, Tom McCarthy, Chloe Aridjis, Deborah Levy, Juliet Jacques, Joanna Walsh y Rourke hayan citado su trabajo como una influencia en sus obras.
Berg fue adaptada para la película Killing Dad, protagonizada por Denholm Elliott y Richard E. Grant en 1989, y reimpreso por And Other Stories en 2019.
Cuando estuvo en Suecia sufrió un primer internamiento temporal en un sanatorio mental. Se suicidó en agosto de 1973, en las costas del Brighton Palace Pier.