La enfermedad y sus metáforas, de Susan Sontag
La enfermedad y sus metáforas es un ensayo que escribió Susan Sontag en 1978 y que fue ampliado con un ensayo El sida y sus metáforas en 1988.
Cuando escribió el primer libro, Sontag se centró en la tuberculosis y el cáncer, en cómo trataba la sociedad estas enfermedades, frente al halo artístico de la tuberculosis, el cáncer se vivía en un silencio trágico, y esto quedó corroborado por la inhumana manera que tuvieron la mayoría de las sociedades de encarar el sida en los ochenta.
El tratamiento bélico que se ha hecho en algunos casos de la pandemia del coronavirus hace imprescindible al relectura del ensayo de Sontag.
La enfermedad y sus metáforas se centra en el tratamiento tan diverso que han tenido, a nivel social, estas grandes pandemias. Sontag reflexión sobre cómo diversas sociedades o momentos históricos distintos generan discursos completamente diferentes a la hora de explicar las enfermedades. Las metáforas con que nos referimos a las enfermedades, debido a que estas son siempre traumáticas para la vida de las personas, y más si son mortales, son construcciones lingüísticas que a menudo son solo un subterfugio para no mirar nuestros miedos de cara.
La “buena reputación” de la tuberculosis provenía de los artistas que la habían sufrido como Chéjov, Chopin, Modigliani, Poe, Balzac, Novalis, Schiller, o Whitman.
El cáncer, que era una enfermedad mortal casi siempre mortal en 1977, cuando Sontag escribió el ensayo, y se convirtió rápidamente en una enfermedad tabú, de hecho se evitaba incluso utilizar la palabra. A Sontag le diagnosticaron en 1975 un cáncer de pecho avanzado y en el hospital observó cómo los pacientes se veían sometidos a una conspiración del silencio. Contra esta situación escribió La enfermedad y sus metáforas. Ya en ese momento se dio cuenta de que el vocabulario que se empleaba para hablar de la enfermedad era propio de las guerras: “las células cancerígenas invaden”, “colonizan”, “las defensas del organismo”, y en este léxico bélico no se olvidaba de la quimioterapia como una guerra química. Según su punto de vista, esto hacer que se contribuya a estigmatizar ciertas enfermedades y, por extensión, a quien está enfermo.
La pandemia actual del Covid-19 ha puesto de manifiesto todas estas contradicciones a la hora de tratar una enfermedad que no podemos controlar y que nos paraliza social y económicamente. Un buen momento para reflexionar de la mano esta magnífica escritora.