Juegos literarios 23 – Títulos
Poner el título a una historia, un cuento, un poema, una novela, no es fácil, el título sintetiza de algún modo la temática o al menos el ambiente o el tono de la obra.
Hay títulos clásicos y explicativos como: El palacio de la luna, de Paul Auster, o El señor de las moscas, de William Golding. Se han empleado los nombres de los/las protagonistas, como Ana Karenina, de Tolstoi, David Copperfield, de Charles Dickens, La señora Dalloway, de Virginia Woolf, Madame Bovary, de Gustave Flaubert o Lolita, de Nabokov. Hay otros que sorprenden por su extensión o por el mensaje, como:
Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, de Albert Espinosa o Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque. Y también los que destacan por su brevedad, sería el caso de It, de Stephen King; Nada, de Carmen Laforet; Hambre, de Knut Hamsun o Helada, de Thomas Bernhard.
Algunos que emplean frases hechas o lugares comunes como A sangre fría, de Truman Capote. O la temática del libro, como Crimen y castigo, de Dostoievski. Una frase sugerente del propio texto es el recurso que utilizó Milan Kundera para dar título a su obra maestra La insoportable levedad del ser, o Silvia Plath para La campana de cristal. La música también ha inspirado a escritores como Haruki Murakami con su Norwegian Wood o La marcha Radetzky, de Joseph Roth.
Hay, pues, incontables maneras de buscar un título. Ahora demos la vuelta a la página y centrémonos en lo contrario. Vayamos a una librería o una biblioteca y busquemos historias que nazcan a partir de un título que nos llame la atención.