Grandes escritoras universales (XXXIV)
El pasado 8 de marzo se celebró, un año más, el día de la mujer trabajadora. Para conmemorarlo, recordaremos algunas figuras fundamentales de la literatura universal.
Doris Lessing
Doris May Tayler nació en Kermanshah, Irán, el 22 de octubre de 1919. Su padre era un antiguo oficial del ejército británico y cuando tenía seis años su familia se trasladó a Rodesia del Sur, y allí pasó su infancia y juventud hasta los 30 años.
Su infancia quedó marcada por la mala relación con su madre, y al cumplir los quince se fue de casa y trabajó como niñera. Continuó formándose como autodidacta. Con diecinueve años se casó con el funcionario Frank Charles Wisdom y tuvo dos hijos; se divorció en 1943 y se unió a un grupo de ideas comunistas. En 1944 se casó con Gottfried Lessing, un exiliado judío alemán que había conocido en un grupo literario marxista y tuvo a su tercer hijo, Peter, y comenzó a trabajar como auxiliar de clínica. Se divorció de nuevo, aunque conservó el apellido de su esposo para publicar, y en 1949, con treinta y seis años, se trasladó al Reino Unido con el hijo pequeño dejando en Sudáfrica con su padre a los mayores. Allí publicó Canta la hierba (1950) y militó en el Partido Comunista Británico entre 1952 y 1956; participó en campañas contra las armas nucleares y criticóásperamente el régimen del apartheid sudafricano. Los crímenes del estalinismo provocaron que decidiera abandonar el partido en 1954, y publicó Retreat to innocence (1956). En 1962 publicó, con enorme éxito, El cuaderno dorado, y se inició su interés por el sufismo. Falleció en Londres el 17 de noviembre de 2013, a los 94 años.
La obra de Doris Lessing está muy ligada a su autobiografía y las vivencias que la convirtieron en feminista, comunista, pacifista y anticolonialista. Escribió un centenar de novelas y gran número de relatos cortos, aunque cultivó también ocasionalmente otros géneros (el teatro, la lírica, el ensayo, la biografía y el libreto de ópera).
Además de El cuaderno dorado, fueron exitosos La buena terrorista (1985), El quinto hijo (1988) o los escritos con el pseudónimo de Jane Somers, como Diario del buen vecino (1983), con el que quería demostrar las dificultades para publicar que afrontaban los escritores noveles sin nombre conocido. Entre 1979 y 1983 se dedicó a la ciencia ficción, con la serie Canopus en Argos, inspirada en el sufismo.
A lo largo de su vida obtuvo diversos premios literarios: el Premio Somerset Maugham, en 1954; Finalista en el Premio Booker, 1971; Prix Médicis de Francia, 1976; Premio Austriaco de Literatura Europea, 1982; Shakespeare Prize de la República Federal Alemana, 1982; Finalista en el Premio Booker, 1985; WH Smith Literary Awar, 1986; Premio Internazionalle Mondello de Italia, 1986; Premio Palmero, 1987; Grinzane Cavour Prize (Premio Grinzane Cavour) de Italia, 1988; James Tait Black Prize de literatura inglesa, 1995; XI Premio Internacional de Catalunya, 1999; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, 2001; David Cohen British Literature Prize (Premio de Literatura Británica David Cohen), 2001; Premio Dupont Pluma de Oro, 2002. En 2007 recibió el Premio Nobel de Literatura por su «capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria».