Editores, agentes y autores internacionales se posicionan ante los nuevos soportes electrónicos - Los escritores de éxito no se conforman ya con el 25% de las ventas
J. RODRÍGUEZ MARCOS / J. RUIZ MANTILLA- Madrid - 28/06/2010
La mítica distancia entre autor y lector se acorta cada vez más. En el terreno simbólico, porque las nuevas tecnologías hacen posible que un novelista conozca la opinión de sus seguidores a los pocos días de publicar una novela. En el terreno económico, porque el libro electrónico es una máquina de eliminar intermediarios. Bien lo saben los impresores y los distribuidores, pero también los libreros y los editores. Entre la pantalla del autor y la del lector hay cada vez menos peaje. Los escritores y sus agentes son conscientes de ello y muchos empiezan a pedir ya que el peso de cada cual se traduzca en dinero.
En la tarta de un libro, el 10% del bocado, o el 12% si son grandes firmas, se lo lleva el autor. El resto va para libreros -el 30%-, distribuidores y editores. Con las descargas en Internet todo va a cambiar. De hecho, ya está cambiando. Los autores no están dispuestos a conformarse con el 25% que actualmente negocian como cifra estándar en todo el mundo. Hay agentes y grandes firmas que empiezan a jugar fuerte en los nuevos tiempos. En algunos casos quieren la mitad. Muchos editores temen que la tendencia vaya a más. Que los autores más poderosos cuelguen sus obras en una página propia, se lo lleven todo a casa y les dejen a ellos una propina del 10% por las traducciones. Es decir, den la vuelta total a la tortilla.