Cioran en Ibiza
El filósofo rumano Emile Cioran pasó una larga temporada en la isla de Ibiza, lo que dio lugar a su libro Cuaderno de Talamanca.
Pasó un verano en 1966, En una carta a su hermano daba cuenta de la estancia y ya se quejaba de la llegada del turismo:
«Ibiza, la isla en la que he pasado mis vacaciones (como el año pasado) es tan encantadora, que no he podido dejarla sin lamentarlo. No creo que vuelva el año próximo, ya que el lugar es demasiado conocido y los turistas, ese flagelo del mundo moderno, lo han invadido todo. Es pura y simplemente el paraíso en la tierra, con un... aeropuerto en medio.¡Y qué importa! He sido muy feliz allí».
La investigadora ibizenca Helena Tur Planells ha investigado esta estancia del filósofo en el libro Islas de las cien voces. Las Baleares en las literaturas alemana, francesa e inglesa del siglo XX, publicado recientemente, en el que da cuenta también de otros visitantes ilustres como Walter Benjamin, que escribió algunos relatos sitos en la isla.
Esto es fruto del trabajo del grupo de investigación de la UIB 'Relato de Viajes y Mito insular. El viaje a las Baleares' en el que participan Carlota Vicens y Helena Tur, Patricia Bastida, Gloria Bosch, Christianne Connan-Pintado, Juliane Fehlig, Carme Figuerola, Francisca Lladó, Perico de Montaner, Eduard Moyà y Juana María Seguí.
En 2002 se publicó el Cuaderno de Talamanca. Los escritos de Cioran en Ibiza van del 31 de julio al 25 de agosto de 1966 y ocupan el vacío de anotaciones que tienen sus otros cuadernos que dejó en París al viajar a la isla.
Cioran llegó a la isla invitado por unos amigos que tenían una casa en Talamanca, probablemente en Ses Figueres, y en las notas quedan marcados los paseos que realiza: “Sobre las 5 he salido a pasear por la orilla del acantilado y el encanto del paisaje ha surtido efecto».
La belleza de la isla no surtió efecto sobre el carácter melancólico de Cioran que escribía: «¿Y si me arrojara desde lo alto del acantilado?».
Cioran vivía atormentado por su pasado fascista en la Rumania de la Guardia de Hierro: «Cuando pienso en mi pasado, me parece recordar los años de otro y no me reconozco».
Todo su drama interior, y su impecable lucidez, relampaguean en el Cuaderno de Talamanca.